El engranaje de la máquina a tracción a sangre estuvo bastante aceitado: Lo empataba sin goles hasta que salió a jugarse el todo por el todo en el segundo tiempo. Así Apinta pudo convertir y se destapó. Azcona, Acosta, Piedrabuena, Benítez Russo y el último, Jacobo en contra
El conjunto dirigido tácticamente por el profesor, Lucas Florentín, tenía una difícil parada por la zona 8 del Torneo Federal. Mientras que en Goya, Huracán y Central se veían las caras, Apinta debía salir a jugarse la clasificación en el Estadio» San Martín» frente al equipo bellavistense.
Mucho no podía hacerse en cuanto a juego por abajo, ya que el terreno presentaba algunas imperfecciones, por ello la mayor parte del partido la pelota pasaba por los aires, tanto de un lado como el otro.
Pero fue en el segundo tiempo que llegaría la jugada perfecta: Matias Pereira saca rápido, primereando al rival mal parado, con un balón largo para la carrera maratónica de Piedrabuena, que llega y centra de primera, sumado a la definición (de misma forma) de Azcona, quien se llenó la boca de gol con su padre el rata Azcona en tribuna viéndolo.
El segundo llega por inercia con Apinta ya marcando superioridad luego de un córner y cabezazo de Dan Acosta.
El 3-0 (lo noquea el verdolaga) con un intratable Ramón Piedrabuena, escurridizo, incansable, inquebrantable ante una defensa que lo agobió con faltas y cuerpo, pero no pudieron bloquearlo en una oportunidad que remató y lo cambió por gol.
El 4 a 0 ya con un equipo desinflado que se quedaba afuera, llegaría también desde el banco de suplentes, con un disparo de Tomás Benitez Russo.
Ya estaba todo casi terminado y tras un tiro libre por parte de Roberto Azcona, el esférico da en la humanidad de Martín Jacobo e ingresa al arco, 5-0 partido re contra liquidado.
Hubo inconvenientes en un momento entre los jugadores de Bella Vista y los de Apinta, ya que expulsaron al DT del conjunto mercedeño por una protesta tras ser la segunda vez que le pegaban a Federico Carballo.
El árbitro a instancias de su juez de líneas echa al educador de jugadores y como no salió por la cerca que tenía allí detrás del banco de suplentes, se molestan los futbolistas locales y el arquero M. Jacobo le pega una trompada al técnico.
Sorprendentemente no fue sancionado a pesar de poseer ya una tarjeta amarilla.-