Una vez más, el Gobierno provincial analiza un posible aumento para los trabajadores estatales. Sí, lo analiza… como si la inflación diera tregua, como si el tiempo jugara a favor del bolsillo del pueblo. Mientras los sueldos siguen perdiendo valor mes a mes, nuestros representantes parecen vivir en otra realidad, una donde los viajes, los viáticos y los hoteles de lujo no faltan
Los trabajadores estatales están cansados. Cansados de esperar, de remar en dulce de leche todos los días para intentar llegar a fin de mes. Cansados de que les digan que “no hay plata”, mientras los fondos públicos se esfuman en campañas políticas vacías, actos sin contenido y gastos injustificables.
El malestar es real. No es solo enojo, es frustración acumulada. Porque mientras ellos prometen, nosotros sufrimos el precio de los alimentos, los medicamentos, las tarifas. Porque mientras ellos postergan definiciones, nosotros ya no podemos postergar nuestras necesidades.
El reclamo no es un capricho: es un grito de justicia. Basta de manoseo, basta de jugar con el esfuerzo de quienes sostienen con su trabajo diario el funcionamiento del Estado. Si hay plata para el marketing político, también tiene que haber para los trabajadores.
Ya no alcanza con “analizar”. Hace falta decidir. Y decidir a favor del pueblo.–