La eliminación de Rosario Central volvió a encender el debate sobre el rendimiento del equipo en partidos decisivos. Más allá de la buena campaña en la fase regular, el equipo no logró mostrar la misma solidez cuando el calendario obligó a jugar mano a mano
En la cancha, la imagen del entrenador gesticulando y buscando respuestas desde afuera reflejó lo que pasó adentro: se le quemaron los papeles.
Central no encontró ideas claras, no tuvo variantes y terminó chocando contra un rival que redujo el partido a fricción, retraso y resistencia.
Un patrón que se repite
Este tipo de planteo no es nuevo. En el torneo pasado, Huracán ya había venido al Gigante con la misma receta: meterse atrás, cortar, hacer tiempo y mantener el partido en un terreno incómodo.
Aquella vez, Central tampoco logró resolverlo y terminó perdiendo en su propia casa.
Lo mismo en Copa Argentina
En otro formato, pero con idéntico desenlace, Central quedó eliminado en Copa Argentina ante Unión. Ese día, sin un nueve natural —improvisando a Giaccone como referencia—, el equipo volvió a mostrar la misma dificultad para destrabar partidos cerrados y de alta tensión.
El comentario que volvió a sonar fuerte
Por todo esto, la frase más repetida entre hinchas y analistas fue directa:
“No lo supo jugar. No sabe plantear partidos en los playoffs.”
La necesidad de revisar decisiones tácticas y reconstruir la contundencia en partidos clave vuelve a instalarse como uno de los desafíos urgentes para lo que viene.-
