El uruguayo marcó su primer tanto con la camiseta canalla, le dio la victoria y salió lesionado
Volvió cuando más se lo necesitaba. Jhonatan Candia hizo su aparición por Arroyito y le dio el triunfo a Central ante Argentinos, con un soberbio cabezazo sobre el segundo palo de Lanzillota.
A pesar de arrastrar una sequía goleadora que se extendía cada vez más, Miguel Angel Russo lo bancó en todo momento y nunca le sacó el puesto como titular en el armado de su Central. En la pretemporada en Chile, el uruguayo fue siempre número puesto en el once.
Duró sólo un tiempo en cancha, pero fue suficiente para convertir el tanto que hizo delirar a todos los hinchas canallas. Minuto 18, Alan Coyote Rodríguez fue de guapo a pelearle la pelota a Miguel Torrén, se la llevó y se fue envalentonado contra el área del bicho, tiró un centro magistral a la frente de Candia y el uruguayo definió cruzado contra el ángulo derecho del arco de Lanzillota. Un golazo muy bien gestado.
Mientras estuvo en el terreno de juego, se lo vio participativo, bajando a buscar la pelota cuando no le llegaba y con una actitud distinta a la que se observó ante Universidad Católica. Allí malogró un penal y se lo notó frustrado. Ahora cambió frustración por felicidad.
Mientras Fabricio Oviedo tuvo una tarea más de presionar en la salida rival, Candia se dedicó a merodear el área sin ser una referencia. Todo para distraer marcas y no fijarse en una zona específica.
El gol fue un completo desahogo, su cara lo dijo todo. Fue más alivio que festejo. Porque entendió que su capacidad goleadora sigue intacta aunque a veces luzca perdida en el limbo.
Pasaron 465 minutos para que el exArsenal debutara en la red con la camiseta auriazul.
Pero un día llegó, por su propio bien, para ganar confianza y reencontrarse poco a poco con el nivel que supo tener antes de la lesión que lo marginó un largo tiempo de las canchas. Y también para devolver a Miguel Russo la confianza que depositó en él. Ganaron todos.
La pálida de la jornada fue sin dudas la molestia que lo sacó de la cancha sobre el final del primer tiempo. Probó durante varios minutos, pero no quiso arriesgar y dijo basta. En su lugar ingresó Octavio Bianchi.
Vaya si su gol valió oro para Central. Fue el que le dio la victoria en un partido que pintaba durísimo. Y aunque lo terminó siendo, su granito de arena fue determinante. Un día, Candia volvió. E hizo ganar a Central.-
Gentileza.-